Los seis establecimientos nuevos se encargarían de una enseñanza diversificada y especializada sujeta a un control central, en contraposición al antiguo sistema en el cual la mayoría de los colegios se duplicaban unos a otros y constituían otras tantas universidades “bastardas”.
La ley estableció las materias que se enseñarían en cada una de ellas y los locales en donde se alojarían. No suprimieron a todas las antiguas instituciones, mora reconoció que el tercer establecimiento el de ciencias físicas y matemáticas, necesitaba pocos cambios en el antiguo colegio de minería.
El establecimiento de mora, el segundo (humanidades y estudios ideológicos) enseñaría todo lo que contribuya al buen uso y ejercicio de la razón natural o al desarrollo del hombre.
La dirección general de la institución pública también tendría a su cargo la academia de bellas artes, el museo nacional y una biblioteca pública.
La reforma en su conjunto no fue más allá de lo propuesto por Jovellanos.
El objetivo central de esta revolución ideológica del liberalismo es modernizar a México.